lunes, 4 de enero de 2010

HOMBRES DE LIRIO Y ALBA

Hombres de lirio y alba

llegaron del olivar,

despacio, como agua calma,

los ojos y el alma en paz.

Hombres de malva y luna,

ya en flor el membrillar,

Viernes Santo, aún oscura

La Huerta del Rabanal.

- ¿Quién viste capillo, madre,

venido del olivar?

- Hombres buenos, hijo, sangre,

vida, lumbre de este hogar...

Se abre un pórtico viejo,

las miradas, de cristal,

surge un rostro nazareno,

sangra su cuerpo moreno,

hiere a su Madre un puñal.

Hombres de lirio y alba,

hombres de luna y malva,

séquito de un rosal

en que dos rosas heridas

amantísimas se miran,

llorando de la otra el mal.

Océano el firmamento,

plata y sombra el olivar,

túnicas lirio y alba,

y un relente boreal.

El Calvario semeja espuma

que se alza desde el mar

al clarín y los plumeros

conjurar la `alboreá´.

Y amanece, se derrama

el cielo en el pedregal,

se hacen cirios los luceros

y las almas caridad.

- Madre, cuando sea hombre

quiero a Cristo acompañar,

quiero un capillo morado,

y venir del olivar,

quiero una Diana eterna,

seré lumbre de este hogar...

¡Hombres de lirio y luna

en la Edad del azahar!

Amanece, Viernes Santo,

Tradición, `alboreá´...

Y entre leves luminarias

van y vienen las plegarias

como las olas del mar.

ERNESTO CÁCERES MOLINA

Schola Cantorum en la comida de la Función del año 2009 (Cuartel de Los Samaritanos)